El líder del socialismo mundial enfrenta situaciones bastante complejas desde que decidió ilegalmente, atacar e invadir a su vecino Ucrania. Su capacidad económica, posición geopolítica, y potencial militar, están en riego. Lo que pretendía su máximo gobernante, el presidente Putin, al atacar e invadir a Ucrania y amenazar a la OTAN y USA, con su poderío nuclear; para consolidar la posición de Rusia como potencia militar, y obtener supremacía política y económica en su región, no lo está logrando.
De hecho, su primer revés ha sido en el campo militar. Una campaña prevista para muy corto tiempo, poco gasto militar y con el objetivo de tomar el control político de Ucrania para instalar un gobierno pro-ruso, ha resultado ser todo un reto para el Kremlin. De hecho el corto tiempo se está convirtiendo en mediano y lago, tras varios años de ocupación. La ocupación de Crimea y Dombas, llevan más de 8 años y la guerra e invasión a Ukrania, iniciada el 24 febrero de 2022, y prevista para pocos días, lleva ya casi 6 meses. Las implicaciones de preparar una guerra para una campaña corta y que esta tome más tiempos, conlleva grandes impactos negativos desde el punto de vista militar (armamento y bajas humanas, y entusiasmo de las tropas).
La supremacía rusa sobre Ucrania llevó equivocadamente a Putin, a pensar que con una corta campaña politico-militar, sería suficiente para lograr sus fines. La verdad y después de ver la excelente resistencia de un ejército comprometido con la defensa de su país y el nacimiento de un fuerte liderazgo inesperado, en cabeza del presidente Ucraniano Volodymyr Zelensky, que ha sabido no sólo motivar sus tropas y ciudadanos, sino también comprometer el apoyo de la comunidad internacional; era algo con lo que Rusia no contaba. Al igual que una empresa, cuando su plan estratégico equivoca los plazos y la reacción de su competencia, para obtener sus objetivos, los impactos negativos traen serias consecuencias.
Desde el punto de vista económico, se suman dos factores negativos preponderantes. Por una parte los mayores gastos de la guerra. Según medios europeos de comunicación, la cifra puedria llegar a US$1.000 millones de dólares diarios, que aunque puede sonar muy elevada, si se analiza los costos en soldados, tales como; sueldos, su armamento, municiones, equipo de comunicaciones, alimento, transporte, uniformes, indemnizaciones a sus parientes; además de vehículos de guerra, tanques, vehículos artillados, aviones, barcos, combustible, uso y reposición de material bélico (cañones, Proyectiles, Cohetes, misiles, etc), la cifra empieza a ser creíble.
Utilizando fuentes conocedoras, estas serían unas cifras aproximadas (Costos diarios aproximados):
Combustible US$16 M
Artillería US$475 M
Morteros US$95 M
Misiles US$120 M
Municion US$30 M
Compensación US$24 M
Pérdidas equipos US320 M
Costo diario total aproximado: $994 Millones de dólares. (Fuentes: twitter, Tom T Ahonen @tomiahonen). Otros estimativos como el de la SOFREP (medio especializado en información militar) los estima en US$900 millones de dólares diarios.
De otra parte, las pérdidas rusas al 14 agosto, acorde a las fuerzas armadas de Ukrania, son aproximadamente:
43.700 Soldados
1.872 Tanques
4.137 Anfibios
982 Sistemas de artillería
261 lanza cohetes
136 anti aviones
233 aviones
195 Helicópteros
15 botes de combate
784 Drones
91 equipos especiales
3.042 vehículos y cisternas
187 misiles de Cruzero
(The Kyiv Independent)
Así estas cifras estén sobre-estimadas, las pérdidas rusas superan ampliamente las previstas inicialmente, y el costo de las mismas es muy elevado. Un cálculo sencillo, más realista acorde a las mismas fuentes, nos permite determinar que si tenemos un promedio diario de costo de US$500 M/día. El costo después de seis meses llega a US$90.000 millones de dólares. Y si asumimos que el planteamiento inicial de la guerra eran de dos meses, nos lleva a determinar que el costo de la guerra se ha aumentado en US$60.000 millones de dólares. Un valor muy alto para cualquier economía del mundo, más si tenemos en cuenta que el conflicto continúa, pues al parecer los objetivos rusos no se han logrado.
Por otro lado, las sanciones económicas impuestas por la OTAN y USA, han causados grandes pérdidas a la economía rusa. De hecho ha estado a un paso de la suspensión de pagos de sus créditos con la banca mundial, que aunque por ahora es una incapacidad técnica (tiene los recursos pero por las sancionados, no los posee en monedas distintas al rublo, para su pago); pronto por el alto costo de la guerra, será real.
Se ha llegado a afirmar que la invasión a Ucrania coloca a Rusia al borde de la quiebra, dado que los tipos de intereses se han duplicado, el mercado bursátil ha cerrado y el rublo ha caído a su nivel más bajo. Para 2023 se calcula una contracción de la economía rusa entre el 7% y el 15% (versus un planeado crecimiento del 2%), adicionalmente la reducción drástica por parte de la Unión Europea de la dependencia energética de Rusia, que hoy le aporta más de US$800 millones de dólares diarios, se reducirá sustancialmente. Este marco de aceleración rápida de costos y disminución de ingresos, seguramente ahorcarán a la economía y llevará a que se llegue pronto a un acuerdo para detener la guerra.
Por otra parte, las consecuencias geopolíticas de esta guerra, contrario a lo pretendido por el Kremlin de dividir a sus enemigos, llevó a que estos se unieran aún más. De hecho, la Unión Europea a cerrado filas y establecido estrategias y sanciones conjuntas para actuar. La OTAN se ha fortalecido, aumentando las contribuciones de sus miembros y recuperando a su mayor accionista (US), como gran protagonista. La posición de Putin se ha deteriorado sustancialmente, no solo a nivel internacional, también internamente en su país.
Esta situación interna, aunque manejada por el gobierno, para evitar que la población se entere de la realidad de la guerra; los costos llegarán y afectarán los bolsillos de los ciudadanos; más de 43.000 familias sentirán la partida de sus hijos y el sentido de la guerra será cuestionado por la población.
El futuro de Rusia es muy oscuro y la solución que deseaba Putin, de una victoria rápida, ya solo es una ilusión, por lo cual solo le queda una hábil negociación para parar la guerra, en la cual si su astucia funciona, lo dejará salir como ganador, pero realmente el resultado será otro. La razón de la guerra, expresada por el Kremlin, era no permitir que la OTAN estuviera en países limítrofes con su territorio, como el caso de Ukrania. Sin embargo, casos como Finlandia, Noruega y Suecia, retarán esta aspiración. Parte de la respuesta de Putin, es la presencia Rusa en países, limítrofes o cercanos a USA, como Cuba, Nicaragua, Venezuela y pronto otros de la esfera latinoamericana. Lo cierto es que la recuperación económica de Rusia tomará un tiempo muy largo, igual al que será necesario para la reconstrucción de Ukrania.
Una vez más se demuestra que las guerras difícilmente son un buen negocio, aún para los ganadores. Recuperar las economías, sus industrias, negocios, etc. Toman mucho tiempo y las pérdidas generalmente son absorbidas por los que producen la riqueza, es decir las empresas y sus trabajadores (población civil).
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