"Una tarde, un discípulo intrigado le preguntó a su mentor: Maestro, ¿nunca te acontecen situaciones difíciles o que no puedes resolver? No entiendo cómo es que siempre dices; “está bien, todo está bien”, en todo momento que se te pone al corriente de alguna contrariedad o se te presenta alguna vicisitud. El maestro sonrió y con una mirada apacible dijo: Es que cuando todo está bien, está bien.
Pero, ¿por qué? ¿Cómo es posible que siempre todo esté bien? preguntó escéptico e incluso un poco irritado el discípulo. El maestro explicó:
Porque cuando no puedo solucionar una situación en el exterior, la resuelvo en mi interior, cambiando de actitud hacia esa circunstancia. Simplemente cambio o corrijo todas las cosas que dependen de mí, y las cosas que no puedo cambiar las acepto y me adapto a eso. Ningún ser humano puede controlar todos los escenarios o situaciones externas que se les presentan, pero sí puede aprender a controlar su actitud y emociones ante las mismas. Por eso, para mí, todo está bien”.
El liderazgo está muy conectado con la Inteligencia Emocional. De hecho la Inteligencia Emocional, ejerce una gran presión sobre el comportamiento de un líder, y este debe aprender a manejarla para que sus pensamiento y actitudes proyecten aspectos siempre positivos. Es muy importante lo mencionado, dado que, las actitudes del líder son permanentes mensajes para sus seguidores, por lo cual hay una gran responsabilidad del líder, en proyectar lo mejor de sí.
Nótese que estamos hablando de líderes en general, pues es muy importante en el liderazgo, liderar con el ejemplo, una de las mejores, sino la mejor, forma de liderar. Y para liderar con el ejemplo, debe existir una coherencia entre lo que se siente internamente y lo que se expresa externamente. Al existir esta coherencia, el actuar externamente, sale de una manera natural y confiable, trasmitiendo el mensaje adecuadamente.
Por consiguiente, la historia relatada al comienzo, nos enseña cómo podemos y debemos entender que no siempre podremos ajustar las situaciones del entorno, a nuestros deseos. Habrán muchas que no podremos cambiar y por lo cual las debemos aceptar tal como vienen. Pero eso no quiere decir que nos tengan que afectar negativamente.
Es por eso importante que utilicemos nuestra Inteligencia Emocional, para entenderlas y aceptarlas, pues al hacerlo, obtendremos paz interior y con ella la capacidad de analizarlas, y así determinar la mejor forma de enfrentarlas y superarlas. Al lograr esto, nuestro comportamiento externo será positivo y lo reflejará de esa manera.
Por eso, la sabiduría de aceptar que no todo lo podemos cambiar, pero que esto no nos debe afectar. Es un gran logro para los líderes y a su vez es una gran oportunidad de brindar una importante enseñanza a sus seguidores.