Un sacerdote va conduciendo cuando ve una novicia parada a un lado de la carretera esperando el autobús. El sacerdote se detiene y le ofrece llevarla. La novicia acepta y pone el equipaje en el asiento trasero.
Al sentarse, su hábito se abre un poco y deja ver una hermosa y bien formada pierna. Cuando el sacerdote mira semejante escena, casi ocurre un accidente, consigue controlar el coche, aunque el brusco movimiento del vehículo, pone accidentalmente su mano en la pierna de ella.
La novicia mira al sacerdote y le dice: Padre, recuerde el mensaje de Mateo 5:42. El sacerdote retira rápidamente su mano y pide disculpas, pero sus ojos se resisten a dejar de mirar la llamativa escena. Poco después, la mano del sacerdote resbala de la palanca de cambios a la rodilla de la monja, ya no tan accidentalmente. Padre, recuerde el mensaje de Mateo 5:42. Reitera la novicia. El sacerdote, contrariado, retira la mano y trata de disculparse: Se es débil, hermana.
Llegan a su destino y ella mira al sacerdote fijamente y le agradece el favor de haberla acercado a su destino. El sacerdote prosigue su viaje y cuando llega a su destino corre a ver lo que dice Mateo 5:42. Mateo 5:42: “Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses”.
Conclusión:
La información siempre es un activo muy apreciado en las empresas, pues esta permite tomar decisiones que benefician el negocio o evitan impactos negativos en el mismo.
Ahora bien, tener esta información a tiempo, ayuda mucha más a decidir lo mejor y más conveniente, evitando así perder grandes oportunidades de negocios!