Steve Jobs fue fundador de la empresa más valiosa del mundo (Apple), y dejó un legado que transciende su propia creación. Tomo su camino a la eternidad, un día miércoles 5 de octubre del 2011, después de enfrentar un cáncer de páncreas por varios años, hasta que perdió la batalla.
Creo que ese día, un gran ser humano dejo de acompañarnos, pero solo físicamente, pues dejo un gran legado que aún admiramos. No solo por ser aquel que triunfo tras una vida llena de desilusiones, privaciones y muchos esfuerzos de por si admirables. Tampoco por su lucha final ante esa mortal enfermedad. Lo creo porque después de toda esa vida llena de rechazos, desilusiones, retos, fracasos, problemas, enfermedades, y triunfos, este hombre logro dejar una gran huella, en el mundo de los negocios, del management y de la fe humana, imborrables.
Su inteligencia, sensibilidad, creatividad e innovación, le permitió fundar dos empresas que aun hoy siguen vigentes y logrando éxitos cada día; me refiero a Pixar y Apple. Ambas llevan en su ADN, varias características de su fundador. Entre otras, la innovación y creatividad que les ha permitido desarrollar productos de alta tecnología y gran diseño. Su experiencia profesional y de hombre de negocios, le permitió idear, practicar y proponer varias e importantes lecciones en el campo del management, interesantes de analizar. Veamos algunas de ellas:
“No tiene sentido contratar gente inteligente y decirles lo que tienen que hacer. Contratamos a personas inteligentes para que nos digan lo que tenemos que hacer.”
Aunque parece lógico el planteamiento, fue muy novedoso para sus días, y las empresas no lo practican de esa manera. Mi experiencia y el haber participado en varias organizaciones, me permite afirmar que muchas empresas le dan más importancia a lo que la empresa conoce, e introduce a los nuevos empleados, para alinearlos a su imagen organizacional. Ya el mismo empleado, de ser inteligente, logra abrirse camino en la organización y con ello aporta su conocimiento y experiencia en favor de la misma.
Sin embargo, lo que plantea Jobs es lo contrario. Al contratar a los nuevos empleados, se les debe permitir que estos con todo su acervo profesional e inteligencia, más lo que van conociendo de la empresa, impriman su sello novedoso y con esto la hagan crecer. Es permitirles que aporten su inteligencia y la empresa la aproveche en su propio beneficio. Para esto se necesita madures organizacional y profesional de sus miembros. Delegar y confiar en nuevos empleados requiere de madures profesional de sus jefes y que la estructura organizacional de la empresa lo permita y motive.
Concordante con la anterior lección, elaboro la siguiente:
“El jefe no tiene que ser la persona más inteligente de la empresa.”
Esta afirmación es todo un reto para las personas que lideran equipos, pues tiene dos aspectos muy importantes. Aceptar que no se es el más capaz e inteligente para poder dirigir un grupo, ya de por si es un reto. Pero adicionalmente aceptar que se tienen subalternos mas inteligentes que uno mismo, es más retador aun. La madures personal y profesional de los jefes, es fundamental para que las empresas entiendan, practiquen y se favorezcan de esta novedosa y retante forma de ver las cosas.
Recuerdo una frase que afirma, que el único hombre capaz de desear que un semejante lo supere en sus logros de vida, se llama Padre y quien lo mejora Hijo. Pues bien ese es el reto de los jefes, lograr superase así mismo y aceptar, desear y ayudar para que sus subalternos los superen en sus logros, para beneficio de la empresa.
Estas dos máximas administrativas fueron y son muy novedosas, toda vez que retan en forma permanente la manera como lideramos y lo que somos realmente. El día que estas practicas se vuelvan cotidianas en la empresas, la sociedad se desarrollara exponencialmente. Para la gestión del personal sugiere estas sencillas pero importantes reglas:
Mostrar aprecio sincero por los subalternos.
Fomentar la cooperación.
El jefe debe escuchar más y hablar menos.
Respetar el trabajo de los subalternos.
La práctica real de estas 4 reglas, según Steve Jobs: “Lo anterior repercute en la moral de los empleados y esto lleva al éxito de la empresa.”
Yo estoy de acuerdo con él, ¿y usted?
La Fe y amor por lo que hacía, que no tuvo claro de joven, y lo encontró en su camino varios años después, fue lo que le permitió superar la desilusión de no compartir con sus padres biológicos, pues fue dado en adopción, dejar sus estudios universitarios, llevar un vida solitaria de joven, hasta lograr tener una familia, para luego y con tan solo 56 años, enfrentar la enfermedad que lo llevo a su muerte.
Su legado seguirá con nosotros por muchos años.
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