Tras un primer vuelo Roma - Turín en 1947, Alitalia se ganó su puesto como una de las aerolíneas favoritas de Europa por su excelente atención al pasajero. En 1960 fue patrocinadora oficial de los Juegos Olímpicos de Roma, también fue conocida como la línea aérea de los Papas (169 viajes internacionales llevaron al sumo pontífice) y fue símbolo de la aviación comercial Italiana. 74 años después, ha aterrizado en Roma, un avión A320 con 177 pasajeros, comandado por el capitán Andrea Gioia. Despegó a las 22:05 horas de Cagliari (Cerdeña) y que llegó a las 23:10 a Roma. Este constituyó el último vuelo comercial de la compañía.
Como todo ser viviente, en vida logró muchos éxitos y también fue auxiliada para mantenerla con vida, en varias oportunidades, hasta que terminó finalmente sus operaciones, con una pérdida de $1.800 millones de euros que serán absorbidos por el estado y 11.000 trabajadores directos que pierden sus empleos con el cierre de la empresa.
En remplazo de Alitalia nació ITA (Italia Transporte Aéreo), una nueva aerolínea totalmente estatal y con el compromiso del gobierno Italiano ante la Unión Europea, de no invertir más de $1.350 millones de euros en su capital, hasta el 2023, de los cuales se invertirán $700 millones este año. ITA iniciará operaciones con 52 aviones, aumentando a 78 aeronaves en 2022 y a 105 en el 2025. En principio contratará 3.000 empleados de la empresa que desaparece, los cuales llegarán a 5.700 en 2025.
El sector de aviación mundial está enfrentando una de las crisis más fuertes de todos los tiempos y esto podría llevar a situaciones similares a otras empresas alrededor del mundo. Grandes esfuerzos se realizan por parte de gobiernos y accionistas de las empresas para evitar situaciones similares.
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