El cambio del latín cambium, es un concepto que permite determinar la transición que ocurre de un estado a otro de una situación, aspecto, circunstancia, etc. Desde este punto de vista es una constante en nuestros días, pero la verdad lo ha sido paralelo a la historia del ser humano. Podríamos decir que posee cierta ciclicidad toda vez que en unas épocas se manifiesta más lentamente y en otras más aceleradamente.
El cambio, es una necesidad de nuestro mundo si queremos seguir desarrollándonos, pues la única manera de hacerlo es cambiando lo actual por algo nuevo. De hecho, eso es lo que permanentemente pasa en nuestros días y en esa medida logramos desarrollos que a su vez atraen otros más importantes.
En algunos casos el cambio es manejado por el hombre. Sin embargo, en otros el cambio es el que maneja al ser humano, sin embargo, en ambas situaciones este es impactado por el cambio, por lo cual debemos interactuar con él en forma permanente.
No todos respondemos al cambio de la misma manera y es por esto que se ha establecido un proceso que seguimos en nuestra interrelación con el:
No aceptación: Etapa en la cual no reconocemos que exista cambio alguno.
Rechazo: Resistencia natural al cambio, estamos mejor en la zona de confort.
Acuerdo: Nos adaptamos al cambio que llego para quedarse.
Aprobación: Una vez lo entendemos y aceptamos convivimos con él.
Ante el cambio tenemos por lo general 3 actitudes de como reaccionamos:
Promotor: Es abierto y favorable al cambio. Apoya los procesos de cambio.
Indeciso: No se oponen, pero tampoco apoyan el cambio.
Opositor: Se oponen al cambio por considerar que no aporta.
Teniendo en cuenta que tenemos un proceso de aproximación al cambio y unas actitudes frente a él, pero siendo conscientes de que ninguna de estas dos circunstancias lo va a detener, lo mejor es aprender a manejarlo para no solo convivir con él, también favorecernos de sus ventajas.
Esta es una forma sencilla y práctica, que al seguirla nos permitirá aprovechar las ventajas del cambio.
El Modelo Fluir:
Liste los puntos a favor y en contra del cambio propuesto.
Liste sus preocupaciones respecto al cambio.
Observe como reaccionas al cambio y controle actitudes negativas.
Liste las variables que están fuera de su control y déjelas pasar.
Liste las variables que están bajo su control.
Haga un plan para manejar estas variables que puedes controlar.
Desarrolle y aplique su resiliencia.
Siendo conscientes y aceptando que así seamos contrarios al cambio, este es permanente en nuestras vidas; existen varias formas de aprovecharlo positivamente, veamos cuales son:
La mejor fórmula es participar en el cambio. Esto te da la posibilidad de conocerlo, ver lo positivo, interactuar con él y aprovechar sus ventajas, que seguramente trae.
Realice alianzas con personas proclives al cambio
Mantenga un equilibrio prudente ante el cambio.
Enfóquese en su bienestar que actividades personales te reportan.
Si deseas conocer más información sobre negocios visítanos a: https://www.fernandohernandezq.com
Bibliografía:
Fernando Hernández Q..